“La niñez termina cuando sabes que vas a morir” (The Crow, James O'Barr)
No recuerdo qué edad tenia, sólo me acuerdo estar pensando que 'no era nada' y el sentimiento de la nada me invadió.
Fue un instante que duró una eternidad; después como todo niño olvidé. El sentimiento intentó volver algunas veces, pero con tantos recuerdos, con tantos trucos huía de él hasta hace algunos años, cuando esa historia terminó.
El dolor fue muy grande, un dolor de esos que crees que te van a matar o que quisieras que te mataran...sin brújula corrí, volé en las llantas de mi auto, sin idea, sin pensamiento y llegué a una ciudad de dioses muertos; ahí, contemplando el abismo y un lejano lago, estuve tentado a volar y el sentimiento de la nada me invadió otra vez.
Esta vez lo hice mío, esta vez aprendí de él; volé de manera diferente a la que pensé hacerlo; sabiendo que nada es para siempre, aunque nos guste soñar con imposibles nada lo es, la misma ciudad me lo decía: obsérvame, en el pasado fui grande, imponente, majestuosa, ahora sólo soy piedras que el tiempo desgasta y los tontos adoran; contempla, siente, aprende, nada es para siempre, sobre todo nada es tan importante como para que termines ahora ¡vamos! ¡vete y sigue aprendiendo! intenta ser feliz, es lo único que importa, lo que haces entre el alfa y la omega...si puedes visítame de vez en cuando, pero no me adores ¡no seas tonto! no idolatres a nadie ni a nada, haz tu propio camino, sin importar el costo, enfrenta tus miedos, intenta ser franco siempre, ese es el precio de ser libre.
Y decidido a ser libre, comencé mi camino.
No recuerdo qué edad tenia, sólo me acuerdo estar pensando que 'no era nada' y el sentimiento de la nada me invadió.
Fue un instante que duró una eternidad; después como todo niño olvidé. El sentimiento intentó volver algunas veces, pero con tantos recuerdos, con tantos trucos huía de él hasta hace algunos años, cuando esa historia terminó.
El dolor fue muy grande, un dolor de esos que crees que te van a matar o que quisieras que te mataran...sin brújula corrí, volé en las llantas de mi auto, sin idea, sin pensamiento y llegué a una ciudad de dioses muertos; ahí, contemplando el abismo y un lejano lago, estuve tentado a volar y el sentimiento de la nada me invadió otra vez.
Esta vez lo hice mío, esta vez aprendí de él; volé de manera diferente a la que pensé hacerlo; sabiendo que nada es para siempre, aunque nos guste soñar con imposibles nada lo es, la misma ciudad me lo decía: obsérvame, en el pasado fui grande, imponente, majestuosa, ahora sólo soy piedras que el tiempo desgasta y los tontos adoran; contempla, siente, aprende, nada es para siempre, sobre todo nada es tan importante como para que termines ahora ¡vamos! ¡vete y sigue aprendiendo! intenta ser feliz, es lo único que importa, lo que haces entre el alfa y la omega...si puedes visítame de vez en cuando, pero no me adores ¡no seas tonto! no idolatres a nadie ni a nada, haz tu propio camino, sin importar el costo, enfrenta tus miedos, intenta ser franco siempre, ese es el precio de ser libre.
Y decidido a ser libre, comencé mi camino.
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